¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando menciono Adán y Eva? Creo que puedo adivinar, que Eva tentó a Adán a comer del fruto del árbol prohibido y como consecuencia, fueron expulsados del jardín de Edén. ¿Acerté? Bueno, eso es cierto, pero intentemos pensar en Eva desde otra perspectiva, más humana, más completa.
Además de cargar con la culpa de haber fracturado la perfecta relación con Dios, Eva fue la primera mujer, esposa y madre en existir.
De ahí que no tenía amigas que le dijeran no te preocupes, ese detallito del fruto se va a arreglar y Adán te perdonará; no contaba con una mamá que le aconsejara cómo hacer para que sus hijos se llevaran mejor; tampoco había libros ni guías para ser madre. Fue la primera en el mundo con el encargo de ser la ayuda idónea para su marido, sin estudios bíblicos que le explicaran en palabras sencillas cómo lograr eso en la vida real. Nadie le dio un curso prenatal para saber cómo respirar durante el parto, porque fue la primera en vivir un embarazo sin saber de qué se trataba aquello. Por si fuera poco, su primogénito asesinó a su segundo hijo, Abel. ¿A quién podía preguntar cómo lidiar con una tristeza tan grande? No había expertos en psiquiatría.
¿Cómo logró superar tanto? Bueno, Eva sabía que tenía al único que necesitaba: Dios. Cuando nació Caín, dijo “Con la ayuda del Señor he tenido un hijo varón.” Génesis 4:1
Por supuesto, hay que aprovechar el apoyo que hoy tenemos a la mano para estudiar y prepararnos, a los profesionales que pueden mostrarnos cómo lidiar con las pérdidas, y los avances de la medicina, pero el único y primero a quien debes acudir es a tu Padre. Él es todo lo que necesitas para salir a flote, es tu verdadero salvavidas.
¿Qué harías sin una madre, tus amigo(a)s, doctores, libros, para enfrentar los retos de tu vida? ¿A quién acudes en primer lugar para afrontarlos?
La sabiduría es tu mejor herramienta
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente, sin menospreciar a nadie. Santiago 1:5
Las enseñanzas del Señor son perfectas, reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables, hacen sabio al sencillo. Los mandamientos del Señor son rectos; traen alegría al corazón. Los mandatos del Señor son claros; dan buena percepción para vivir. Salmo 19:7,8
El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado. Proverbios 13:20
Den la gloria al Señor y proclamen su alabanza en las costas lejanas. Isaías 42:12
Recuerda
Practica que Él sea tu primer consejero, como su vivieras en los tiempos de Eva.
Utiliza las herramientas del mundo y los consejos de las personas, pero antes de ponerlos en práctica, preséntalos al Señor y pide su aprobación.
Oración
Señor, eres mi primera y única opción. Tus consejos valen más que cualquier otro, porque jamás habrá error en ellos.
Padre, yo no vivo en el mundo que vivió Eva, hoy tengo muchas herramientas a mi disposición y personas a mi alrededor que también pretenden reconfortarme y enseñarme maneras de salir a flote, por eso te pido sabiduría para tomar en cuenta solo las que has elegido para mí.
Avispa mi percepción para rechazar de inmediato lo que ponga en riesgo mi relación contigo sobre todo para jamás perder de vista que eres quien merece toda la gloria por siempre operar amorosamente para mi bien.
Por: Adriana Monroy Ojeda