Todos somos un trabajo en progreso
A medida que nuestros hijos crecen de infantes a niños de kindergarten a preadolescentes, sucede algo gracioso. Nuestro enfoque cambia. Ya no nos preocupamos tanto por mantenerlos vivos. En cambio, a medida que se vuelven más independientes, pensamos en qué tipo de personas se convertirán.
Nuestra esperanza es que nuestros hijos aprendan a vivir buenas cualidades como la honestidad, la confianza, el coraje, la paciencia y el perdón.
¿Pero cuál es nuestro papel en ayudar a nuestro niño a desarrollar estos rasgos? ¿Ya son así de nacimiento?
Aquí hay algo importante para recordar: Dios nos ha hecho a cada uno de nosotros a su imagen, con la capacidad de vivir con integridad y demostrar su carácter a los demás.
El apóstol Pablo dijo que cuando seguimos a Dios y tomamos decisiones que lo honran, nuestras vidas mostrarán la evidencia, y que otras personas podrán ver la prueba de lo que Dios está haciendo en y a través de nosotros. Pablo se refirió a esa evidencia, o prueba, como el “fruto del Espíritu”.
Pablo escribió: En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gálatas 5:22-23a NVI).
Nota que es el Espíritu Santo el que produce el fruto en nosotros. Podemos intentar hacerlo por nuestra cuenta… pero no somos perfectos Nos equivocamos. Y nuestros hijos también lo hacen. Es por eso que necesitamos un “power up” con el Espíritu.
Cuando para tu hijo sea difícil esperar porque él quiere lo que quiere, y lo quiere ahora mismo . . . no te preocupes. La paciencia es un trabajo en progreso.
Cuando tu hija siempre parezca estar preocupada por cosas malas que podrían pasar… toma un gran respiro. La paz es un trabajo en progreso.
Cuando hay una caída, cuando tú o tus hijos se quedan cortos, ese es el momento de enseñanza perfecto. Es la oportunidad perfecta para ayudarles a comprender que no podemos hacerlo todo por nuestra cuenta. Todos necesitamos la ayuda de Dios.
Puede ser tentador querer apresurar las cosas y que tus hijos solo crezcan y tengan todo claro. Pero necesitan espacio y un lugar seguro para intentar… fallar… e intentar de nuevo. Solo recuerda, ¡su carácter es un trabajo en progreso!
Por Mike Tiemann