Me enteré de una regla de escritura muy interesante. Casualmente, un vicio que hasta ese día, estuve repitiendo por puro desconocimiento: Cuando queremos hacer énfasis en alguna palabra o frase, debemos usar cursivas, o “comillas”, pero utilizar ambas es un “error” de redacción. Lo entiendo como querer todo al mismo tiempo en términos de escribir – y he visto algunos textos donde no se conforman con los dos acentos, sino que le suman “las negritas y el subrayado“, una real saturación-. En fin, la cuestión es que ambas no debieran usarse al mismo tiempo sin que eso se convierta en un hábito mal visto por cualquier experto redactor del español. Así que grabé en mi mente “o cursivas o comillas”.
Me gustó la frase, y pensaba cómo crear un mensaje útil alrededor de ella, fuera del ámbito literario. Entonces se me ocurrió: A veces -o quizá muy a menudo- queremos tenerlo todo. Por ejemplo, hablando de matrimonio, queremos un esposo trabajador -cursivas- pero que no se pase de trabajador -comillas-; puntual -cursivas- pero que no se moleste si llegamos tarde -comillas-; caballeroso -cursivas-, pero de preferencia no con la vecina incómoda -comillas-. La lista podría seguir.
No podemos tenerlo todo a nuestro modo. Si tu esposo es muy trabajador y esforzado, eso conlleva que su sentido de responsabilidad le indique que debe enviar ese correo electrónico a las diez de la noche por más que a ti te parezca que es momento de dormir. Si tu esposa es muy dedicada, eso podría significar que hasta el último detalle deba ser perfecto, aunque a ti te parezca insignificante. No puedes dar gracias por lo uno y querer cambiar lo otro. La segunda característica, viene pegada a la primera que tanto deseaste y hoy amas.
Las personas vienen en un solo paquete que no nos corresponde cortar, desmenuzar, seleccionar lo que nos gusta, y lo que no, tratar de modificarlo -eso se llama amor condicional y no es al que fuiste llamada-. El paquete se acepta completo, tal como Dios nos ama y acepta completas.
Una misma virtud puede llevar consigo algo que no cuadra en tus esquemas estrictos de lo que quieres en un momento específico, pero quizá su origen sea esa virtud que amas. Hay que aceptarla completa, sin enmiendas, en su estado original.
Si insistimos en tenerlo todo, el resultado es algo incorrecto, exagerado, forzado y saturado, como una frase con cursivas y comillas.
¿Quiénes son aquellas personas a las que quieres poner cursivas y comillas?
¿Quién es esa persona a la que Dios te está pidiendo que ames tal como es?
Ama a los demás como Él te amó a ti: sin condiciones
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros, como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que son mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.Juan 13:34,35
Pero Dios demuestra su amor con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8
Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándonos unos a otros. Efesios 4:2
Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Colosenses 3:14
Recuerda
Querer que una persona cambie para poder amarla, se llama amor condicional y no es al que has sido llamada.
Recibe a las personas completas, sin intentar que se ajusten a ti.
Oración
Señor Jesús, a veces quiero que las personas que me rodean se ajusten a mis parámetros de lo conveniente o correcto, pero es solo porque olvido que quieres que las acepte cómo son, tal como tú me aceptas a mí, con todo y mis fallas, con todo y que no hay un día en que de alguna forma me equivoque. No soy perfecto y en ocasiones parece que no lo recuerdo. Ayúdame a no exigir perfección a los demás y amarlos tal cual son.
Te doy gracias por esa persona en mi vida que he intentado cambiar, bendigo su forma de ser y te pido que me ayudes a amarla mejor cada día, aceptándola sin exigencias.
Por: Adriana Monroy Ojeda