Huracán: Round 2
Humanos… quienes vivimos por el dinero, poder, fiestas, competencia, viajes, conocimiento y pasiones.
Humanos… los que tienen dominio de todo, pueden usar los recursos, como gusten y son la parte final de la cadena alimenticia.
Humanos… que viven en libre albedrío.
¡Qué bella suena la vida humana! ¿No? Pero… esto nos hace flotar lejos y nos nubla la vista y de pronto… caemos cuando en segundos nos cambia la vida y ahí nos damos cuenta de lo pequeños y vulnerables que somos.
Como yo, en este momento, sola, rodeada por la oscuridad y una vela enfrente de mí es la única luz que tengo en el momento. No hay luz en casa. Estoy sola en una mesa y el único ruido que me acompaña es el tik tak de un reloj de pilas. Silencio y soledad, cosa difícil para el humano, pero en ello encuentro vulnerabilidad, y en esa vulnerabilidad hay belleza, hay belleza de reconocer la verdadera autoridad. El creador, Dios, quien controla el tiempo, la luz, el viento y todo lo que existe que es por él.
No lo olvidemos, no dejemos que la vida humana nos envuelva tanto, al punto de olvidar nuestro origen.
Ese origen, ese origen tan bello que le da sentido a nuestra vida, no como la pasajera.
¡Ah! ¡Qué irónicos somos al olvidar lo esencial y aferrarnos a lo pasajero!
Por Daniela Ortiz