Jesús lo hizo por ti.
Por Adriana Monroy.
Antes de nacer, Jesús sabía lo que sucedería. Teniendo la opción de evitar ser escupido, golpeado, humillado y crucificado, decidió seguir hasta ver cumplida la voluntad del Padre.
Su humanidad me impresiona, porque siendo tan humano como tú y yo, se sobrepuso a toda tentación y miedo para cumplir el gran propósito: reconciliarte con el Padre. Cargó en su costado todos los pecados del mundo. Todos y cada uno de tus pecados, incluso los que aún no habías cometido pero que el Padre sabía que ocurrirían. Pagó con su propia sangre tus grandes y pequeños errores. Todo, para que pudiéramos tener una relación con el Señor. ¿Quién pagaría una deuda que no es suya? Quién aceptaría la pena de muerte por un delito que no cometió? Jesús hizo justo eso.
Cuando comprendí su sacrificio se mezclaron varios sentimientos. Por un lado, tristeza por el tremendo dolor físico que sufrió. Por otro, un profundo agradecimiento que ha dado origen a un compromiso de hacer que su muerte no sea en vano en mi vida. Si Jesús murió para darme vida, en regreso obtendrá una con propósito, una enfocada en Él, para Él y por Él.
Jesús no está clavado en la cruz, está vivo, esperándote cada día, deseando que hagas que su muerte no sea en vano.
¿Qué estás haciendo para que su muerte valga la pena? ¿Conoces tu misión? Sabes para qué naciste? ¿Estás cambiando el mundo cada vez que hablas?
Él hizo su parte, el resto, te toca a ti.
Porque Dios amó tanto al mundo…
Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él. Juan 3:16
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Lucas 4:25
Porque si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. Romanos 5: 8-9
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:30
Recuerda
- Jesús vive, no está clavado en la cruz.
- La mejor manera de darle sentido a su muerte es entregándole tu vida y vivirla cada día para Él, cumpliendo el propósito que te dio.
Oración
Jesús mío, decir gracias no alcanza para mostrarte lo que siento al darme cuenta lo que hiciste por mí; dudo que jamás pueda expresarlo con palabras. Porque más que solo decir, quiero hacer que valga la pena tu muerte. No viviré por vivir, deseo que cada día de mi existencia tenga un propósito, el que podré alcanzar si te sigo.
La vida eterna es el hermoso regalo que diste al mundo, costoso porque fue a cambio de cada gota de tu sangre. Haré que cada una cuente, viviendo para ti y por ti.
Estás vivo, te amo, te sigo y espero ese día en que podamos vernos frente a frente, abrazarte y verte sonreír orgulloso de mi labor en este mundo.